viernes, 26 de agosto de 2011

Las bicicletas y Amsterdam


Entre todos los sonidos que hay en una gran ciudad, hay dos sonidos característicos en Ámsterdam, uno es el ruido de los semáforos al ponerse en verde para los peatones, es como el ruido que hacen las cigüeñas cuando “hacen gazpacho” y el otro es el timbre de las bicicletas. 


  

En Ámsterdam hay mas bicicletas que habitantes y visitantes juntos – este dato nos lo facilitaron en la visita guiada del otro día -, pues bien, es imposible caminar sin oír constantemente el ruidito de marras, esto se multiplica si andas por el Barrio Rojo o la plaza de Dam.



Existen unas vías de circulación para las bicis la mayoría de las veces, integradas en las aceras, - por lo que es fácil despistarte y andar por una de ellas -  otras van paralelas a la de los coches y el tranvía, de manera que al atravesar una calle tienes que tener esto en cuenta, pues las bicis no paran, tan solo tocan el timbre para que te quites.

              

Esta mañana después de apretarme dos desayunos – uno muy temprano y otro con Jorge y David – hemos estado en el Heineken Experience, un “museo” sobre la cerveza Heineken muy divertido, pero descaradamente orientado a vender mas que a dar información y datos, eso sí, todo muy bien montado.



Hoy será el último día en Ámsterdam, vamos a aprovechar para ver algo más de esta ciudad, aunque tenemos una magnífica tormenta en todo lo alto, el clima no nos lo va ha poner fácil. Mañana nos vamos a Gerona, en principio los tres creímos que sacábamos billete para Barcelona, pero al ir a imprimir las tarjetas de embarque, nos hemos dado cuenta del error,… las neuronas que ya nos patinan, en fin, es igual.


Carlos

















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